En la vida, afortunadamente, no solo hay cosas justas o injustas. No estamos obligados a preguntarnos, cada 2 minutos, si lo que hacemos es justo o injusto. Simplemente hacemos las cosas, y es mejor que sea así. Sin embargo, tenemos la impresión de que hay injusticias en todo lado: en la casa, en la escuela, en el trabajo. ¿Cuántas veces al día decimos: no es justo?