Antes de convertirse en un novelista superventas, Michael Connelly se dedicó al periodismo de sucesos en Florida y Los Angeles. Con sus vívidos artículos permitía a los lectores traspasar los cordones policiales. Seguía a los investigadores, a las víctimas, a sus familias… y a los asesinos. Estas observaciones de primera mano le sirvieron como posterior inspiración de sus novelas: de El eco negro, basada en un atraco a un banco, a Pasaje al paraíso, que se nutre del caso no resuelto de un hombre que fue hallado en el maletero de su Rolls Royce. También los detalles fundamentales de sus personajes más conocidos, tanto héroes como villanos, están esbozados a partir de policías y asesinos reales; sus semblanzas apasionarán a los interesados en la historia criminal de nuestro tiempo. Tan inusitadas y tan apasionantes como la ficción, estas piezas muestran una vez más que Connelly no solo es un maestro en su oficio, sino uno de los mejores escritores estadounidenses de la actualidad.