-Te lo explico así -respondió el vejo indio-. Naciste en medio de un gran rebaño. Desde tus primeros días has recibido la atención y cuidados de tus pastores. Te han dado alimento y cariño. Acompañado de las demás ovejas te has sentido seguro. Tus pastores y el resto del rebaño te han abrigado y protegido; te han confirmado a cada momento que eres una ovejita. También te enseñaron a temer al lobo. Te convencieron de que sólo en el rebaño estrás seguro y evitarás ser devorado. Todos estábamos atentos a las palabras de Little Hawk que hablaba pausadamente. -De pronto -continuo el viejo- sin saber bien a bien cómo, te das cuenta de que todo es falso; descubres que los pastores desean trasquilarte y comerte, que el rebaño es en realidad un ejército de esclavos. Al principio niegas que esta visión sea la verdad porque amas al rebaño, porque amas a los pastores; pero con el paso del tiempo la certeza se hace cada día más grande, hasta que no te cabe la menor duda: sabes que todo es mentira y que si permaneces más tiempo ahí te volverás loco o morirás de tristeza.
