Emperador a su pesar, Elric el albino es uno de los más complejos y fascinantes personajes de la fantasía épica moderna. Es todo un antihéroe: con la cara pálida y una larga melena blanca, de ojos tristes y del color de la sangre, enfermizo y drogadicto, con unos valores que chocan con las rudas tradiciones de su pueblo. Sus súbditos lo ven como un líder débil, melancólico, inexplicablemente aficionado a la lectura y que no se comporta con la brutalidad que cabría esperar de un auténtico melnibonés. Sin embargo, pese a su aparente fragilidad, Elric es un brujo de recursos. De moral ambigua, no dudará en pactar con el demonio Arioch y aceptar la ayuda envenenada de Tormentosa, una espada con voluntad propia, que es tan útil en las violentas batallas como peligrosa para su dueño. Por culpa de la Espada Negra, la historia recordará a Elric con los nombres de Asesino de Mujeres y Ladrón de Almas.
Por fin, la reedición de las historias de Elric de Melniboné. El príncipe albino, portador de Tormentosa, uno de los personajes más ambiguos moralmente hablando de la fantasía épica. En esta obra tenemos las dos primeras historias de este personaje, inicio de una larga saga llena de aventuras, magia, acción, demonios y demás elementos que amamos de la épica. Estamos ante uno de los mejores ejemplos de antihéroe del género. El mejor Moorcock en estado puro. Imprescindible.