Celos, un tema inagotable, como la misma esencia del ser, el autor expone un panorama general de cómo en un sólo instante se reúnen: el amor, el apego, el odio, las fantasías sexuales, los temores más profundos, la tecnología y toda una serie de productos fisicoquímicos y eléctricos que actúan de forma simultánea. Los Celos son un estado emotivo ambivalente (amor-odio), son la angustia ante la posibilidad de que el objeto del deseo (que no necesariamente es el objeto amado) sea sustraído por otra persona, si no hay rival, no hay celos. Son una emoción compleja de desconfianza acompañada de pensamientos de desamor. El problema no radica en sentir celos, sino en la intensidad con que se sienten, en su frecuencia, en la manera de manifestarlos y en cómo éstos influyen en la conducta, los celos, lejos de acercarnos, nos alejan de la persona amada. Las primeras manifestaciones de celos se presentan en el complejo de Edipo, que es amor hacia el progenitor del mismo sexo, odio y celos hacia el progenitor del sexo opuesto. De acuerdo con las características de personalidad que se formen durante la infancia, de manera funcional o disfuncional, así como del tipo de hogar en el que se crezca, se incuba el patrón de celotipia el cual se manifestará en la edad adulta, enriquecido por las experiencias propias y ajenas. Todos somos un poco celosos en un momento dado, cuando este sentimiento es muy fuerte, revela falta de confianza en sí mismo. La persona celosa duda de la fidelidad del otro, de su físico y sus capacidades de seducción. Piensa que no merece el amor de su media naranja. Celos, un tema inagotable, como la misma esencia del ser, el autor expone un panorama general de cómo en un sólo instante se reúnen: el amor, el apego, el odio, las fantasías sexuales, los temores más profundos, la tecnología y toda una serie de productos fisicoquímicos y eléctricos que actúan de forma simultánea. Los Celos son un estado emotivo ambivalente (amor-odio), son la angustia ante la posibilidad de que el objeto del deseo (que no necesariamente es el objeto amado) sea sustraído por otra persona, si no hay rival, no hay celos. Son una emoción compleja de desconfianza acompañada de pensamientos de desamor. El problema no radica en sentir celos, sino en la intensidad con que se sienten, en su frecuencia, en la manera de manifestarlos y en cómo éstos influyen en la conducta, los celos, lejos de acercarnos, nos alejan de la persona amada. Las primeras manifestaciones de celos se presentan en el complejo de Edipo, que es amor hacia el progenitor del mismo sexo, odio y celos hacia el progenitor del sexo opuesto. De acuerdo con las características de personalidad que se formen durante la infancia, de manera funcional o disfuncional, así como del tipo de hogar en el que se crezca, se incuba el patrón de celotipia el cual se manifestará en la edad adulta, enriquecido por las experiencias propias y ajenas. Todos somos un poco celosos en un momento dado, cuando este sentimiento es muy fuerte, revela falta de confianza en sí mismo. La persona celosa duda de la fidelidad del otro, de su físico y sus capacidades de seducción. Piensa que no merece el amor de su media naranja. Los celos son la sombra del amor Los celos son similares a cualquier adicción, afecta al celoso a la pareja y familia, los momentos emocionales más críticos se presentan cuando la pareja toma la decisión de dejarle. El temor a la pérdida determina fuertes vínculos de falso amor. Es por ello que el celoso experimenta ira, odio y rencor cuando la persona amada, se ha alejado, lo cual le lleva a cometer acciones imprudentes e incluso agresivas, como pelearse con las personas que supone están interesadas en la persona amada: Los recuerdos que hacen más doloroso el síndrome de ausencia.