Este libro es para padres. ¿Quién, si no los padres pueden ayudar a su bebé a alcanzar su máximo potencial? Un bebé es un ser en constante progreso y evolución: física, mental, emocional, espiritual. No hay otro límite más que el que el que le impongan el tiempo, el espacio y las ideas de quienes lo rodean. En este libro, el profesor Mavilo Calero, con décadas de experiencia como docente y sobre todo como padre y abuelo, nos enseña a guiar a un bebé hacia el aprendizaje de la lectura, meta que para muchos es un imposible, pero para los que no aceptan restricciones en su mente y en su corazón es perfectamente alcanzable.
Todo niño nace con un potencial ilimitado, aprende todo lo que se le ponga por delante, su curiosidad es ilimitada. La capacidad del bebé aumenta según se estimule su mente y su cuerpo. Cada vez que le dedique tiempo a su hijo lo ayudará a poder enfrentarse a mayores desafíos. La Educación se construye tomando en cuenta lo que es significativo para el niño y no lo que se nos ocurre a los adultos.
Para que el bebé aprenda no existe mejor alimento que la leche materna. Los bebés amamantados tienen mejores coeficientes intelectuales que aquellos que fueron alimentados con otras leches o costosas fórmulas.
Los padres son los primeros maestros y son ellos quienes deben reforzar las áreas de aprendizaje jugando, conversando y fortificando lazos afectivos.
Nuestros bebés aprenden a través de las acciones, se enriquecen con las experiencias e internalizan más los conceptos si son partícipes de ellos.
El bebé no tiene capacidad crítica, es el adulto quien debe ayudarlo a diferenciar entre lo permitido y lo no permitido, pero esta actitud tiene que adecuarse a la edad del bebé.
No hay dos bebés iguales, hay quien aprende más deprisa que el otro. Uno se comporta bien y el otro a veces lo hace mal. Pero ambos son importantes.
Destierra de tu lenguaje el Si te portas bien te compraré el dulce. Es un chantaje. Con estas manipulaciones se forman niños convenidos pero jamás educados.
El medio ambiente sociocultural y la experiencia del individuo actúan como factores que aceleran o inhiben el desarrollo de la inteligencia.
Demos prioridad al aprendizaje y no a la enseñanza, a la espontaneidad y no a la coerción.
