El Museo Tamayo Arte Contemporáneo nació del mismo aliento que movió al maestro oaxaqueño, su fundador y cuyo nombre ostenta, a cambiar los paradigmas del arte moderno mexicano, La vocación exploradora y la misión de este recinto están marcadas por la avidez de mirar y comprender lo que producen las artes internacionales; por permitir que el público y los creadores mexicanos entablen un nutrido diálogo con ellas.
En esta ocasión, por vez primera en América Latina, el Museo Tamayo ofrece un acercamiento a la obra de Franz West, uno de los creadores contemporáneos más arriesgados e influyentes de la segunda mitad del siglo XX, y pone al alcance de los lectores este catálogo que documenta la muestra titulada Elefante blanco.
Nacido en la ciudad de Viena apenas dos años después del final de la Segunda Guerra Mundial, Franz West vivió y creció en el corazón de una Europa que se erguía de entre las cenizas, se reorganizaba y, en el ámbito artístico, ofrecía espacios de crecimiento para los nuevos lenguajes creativos. En este entorno, West realizó sus primeros estudios de escultura y pintura en la Academia de Bellas Artes de Viena, de la mano de Bruno Gironcoli, considerado uno de los creadores austriacos más reconocidos del siglo. A partir de la década de los setenta, después de haber explorado diversos estilos y de cuestionar las fronteras que separan al arte de la vida cotidiana, West ha desarrollado una obra que apuesta por la desacralización del objeto artístico.
En buena medida, el maestro austriaco ha adquirido renombre a nivel mundial por sus adaptables: esculturas hechas para ser manipuladas y que requieren de la interacción directa con la gente que las mira. Sin duda, es en estas piezas y en la convicción de que el arte sólo cobra vida cuando incita a su audiencia, donde radica el valor de una trayectoria que ha mostrado, una y otra vez, que la experiencia estética es mucho más vibrante cuando se rompen las barreras que separan a los espectadores de las obras