El escritor Abraham (Bram) Stoker nació en Dublín, Irlanda, el 8 de noviembre de 1847. Su padre era funcionario, y su madre, una ferviente defensora de los derechos de la mujer.
Debido a su precaria salud, Abraham pasó sus primeros siete años en cama, con la única compañía de su madre, quien le contaba cuentos de fantasmas o historias de la plaga que había devastado a su país en 1832. Aunque no pudo asistir a la escuela pública, contaba con profesores privados que lo formaron durante este período. En 1864 ingresó en el Trinity College.
En 1870 se graduó en Matemáticas y Ciencias. Poco tiempo después comenzó a trabajar como funcionario administrativo. Sin embargo, una gran pasión por el teatro (heredada de su padre) lo llevó a colaborar como crítico teatral en la revista Dublin Evening Mail.
Publicó sus primeros relatos de terror en la revista Shamrock. Uno de estos relatos, La cadena del destino (1875), ya tenía como protagonista a un fantasma demoníaco.
En 1878 viajó a Londres, acompañando al actor Henry Irving, quien lo había contratado como representante y secretario del Lyceum Theatre. Este nuevo proyecto le permitió abandonar su carrera administrativa y dedicarse de lleno a su verdadera pasión: la escritura.
Ese mismo año se casó con Florence Balcombe. Con el tiempo, Florence se convertiría en una de las personalidades más influyentes en el mundo artístico de la época.
En 1890 Stoker publicó su primera novela, El desfiladero de la serpiente, a la que seguirían otros libros. Pero su creación más importante, por el alcance y reconocimiento que obtuvo, fue Drácula. Esta novela apareció en Londres, en 1897, y su lanzamiento estuvo acompañado por una adaptación teatral, dirigida por Irving y representada en el Lyceum.
Después de Drácula, Stoker publicó otras novelas de carácter fantástico. Además, se dedicó a escribir novelas románticas, libros de memorias y ensayos. Sus obras agotaron varias ediciones y se llegó a vender un millón de ejemplares de sus libros.
Murió el 20 de abril de 1912, víctima de la sífilis.