La traducción ha sido realizada directamente de los textos originales hebreo, aromeo y griego en cuanto al Antiguo Testamento, hemos seguido el texto masorético, es decir el texto masorético, es decir el texto hebreo fijado en los siglos VIII-IX d. C., por sabios judíos, que fijaron se grafía y su vocalización. Este texto es el que reproducen la mayoría de los manuscritos. Cuando este ofrece algunas dificultades insuperables, nos hemos servido de otros manuscritos hebreos o de las antiguas versiones griegas siríaca y latina principalmente. En estos casos señalamos siempre en nota la corrección. Para los libros griegos del antiguo testamento y para el Nuevo Testamento hemos empleado el texto fijado en época moderna mediante un trabajo crítico sobre los principales testigos manuscrito de la tradición ayudándonos también de las antiguas versiones. Hemos reproducido la transcripción de los nombres propios conforme a la fonética castellana evitando la reproducción exacta de la forma que tales nombres tienen en hebreo o en griego.