El pánico es una expresión de angustia intolerable ante una situación extrema que produce un estado de indefensión y el arrasamiento de la subjetividad. Como consecuencia de un bombardeo, de un desastre natural, por la reclusión en un campo de concentración o frente a un atentado, el individuo experimenta un estado de estupor que lo sumerge en un mutismo absoluto y queda desconectado de lo que lo rodea. También puede dar lugar a reacciones extremas carentes de toda reflexión o racionalidad. El ejemplo más dramático lo constituyen las conductas suicidas. Sin embargo, en las últimas décadas aparecieron vivencias de pánico cuyo desencadenante se ignora. Es lo que la psiquiatría estadounidense ha dado en llamar ataque de pánico: un enigmático fenómeno que se presenta con una frecuencia cada vez más creciente. A los múltiples factores psicológicos, la ciencia comienza a sumar, en mayor medida, ciertas circunstancias sociales que podrían estar actuando como hechos traumáticos.