En muchos países, desde mediados de los años setenta, el financiamiento de la educación comenzó a perfilarse como un problema que tendía a agudizarse. Actualmente ha ganado fuerza la idea de que se han agotado las posibilidades de incrementar los recursos públicos que se destinan a este servicio. Idea a la que se le agrega la opinión, discutible pero generalizada, de que la educación ha registrado en las últimas décadas una baja en la calidad y la convicción de que la abundancia financiera no resuelve por si misma ese problema.
Este trabajo intenta dar respuesta a una serie de preocupaciones con relación a esas ideas generalizadas y a la complejidad de los factores y de los procesos que determinan las políticas educativas y de su financiamiento. Preocupaciones surgidas de considerar los retos a los que se enfrentan los sistemas educativos en la época actual y de confrontar los resultados de una anterior investigación -sobre el tema analizado primordialmente desde la óptica nacional, que estudia la evolución del sistema educativo mexicano durante un periodo cercano al cuarto de siglo--, con la experiencia y preocupaciones generadas en otros contextos nacionales.