Soberano de los Países Bajos a los 15 años, rey de España a los 16, emperador de Alemania a los 19, Carlos V (1500-1558) se convirtió desde muy joven en la cabeza de un vasto imperio que comprendía varios continentes donde nunca se ponía el sol. Nacido junto con el siglo XVI, vivió los grandes descubrimientos del Renacimiento, fue discípulo de Erasmo, amaba a Tiziano y al poeta español Garcilaso de la Vega. Se enfrentó con Lutero y condenó la Reforma; desafió a Solimán, multiplicó alianzas y guerras con los papas, con Enrique VIII de Inglaterra y con Francisco I de Francia.
Iba de viaje en viaje a Italia, Borgoña, Alemania, Argel y Túnez. Apoyó la conquista de México y Perú y se preocupó por las atrocidades cometidas por los conquistadores.
En 1556, sentía que el mundo moderno no era el suyo, abdicó y se retiró al monasterio de Yuste, en Extremadura.
Con talento, pasión y rigurosa documentación, el autor nos conduce tras los pasos de un rey misterioso, austero y, a la vez, amante de la vida, a través de una Europa dividida que buscó unificar con denuedo y obstinación.
He recorrido su vida, día tras día, en su correspondencia, en el testimonio de sus allegados, de los libros dedicados a él (¿) Buscando el primer europeo de los Tiempos Modernos ¿escribe Jean-Pierre Soisson¿ descubrí un reinado producto del azar, rico en un sinnúmero de vicisitudes.