La ortografía no es un lujo, un asunto del pasado, una serie de trampas para lograr una calificación o una carga que hay que soportar. Es actual, viva, necesaria, útil y práctica. Unifica la gran diversidad de sonidos y grafías de nuestra lengua, precisa la escritura y asegura el sentido real de lo que escribimos. En sí, la ortografía es una carta de presentación que le dice a las otras personas que lo que sabemos, lo aprendimos bien y por eso lo podemos expresar mejor.