Tras el estruendoso fracaso de las prediciones sobre el final del milenio, podría esperarse que tardaríamos bastante en dejarnos llevar por una fiebre similar.
Sine mbargo no ha sido así. A medida que nos aproximamos al año 2012 que según el calendario maya marcará el final de esta era, la idea de un próximo acontecimiento apocalíptico no sólo se resiste a abandonar el escenario, sino que está tomando una fuerza impredecible. Todos estamos viviendo una especie de aceleraión cada vez mayor. Sentimos que vamos vertiginosamente hacia algo. Pero ¿hacia qué? Las mente más brillantes de nuestro tiempo nos dicen que estamos en un punto crucial dela historia y que nos enfrentamos tanto al peligro de un colapso global como a la inigualable oportunidad de una renovación sin precedentes.