Jesús no dejó nada escrito. Sólo en una ocasión, hizo unos trazos en la arena, pero cualquier palabra confiada a ella acaba borrándose. Basándose sobre todo en la Peshitta, versión Aramea de los evangelios que todavía utilizan los cristianos de Irak, siria y el Líbano nos propone un apasionante viaje al corazón de las enseñanzas originales de Jesús. Lo que se ha convenido en llamar trasfondo semítico de los evangelios (hebreo y arameo) pilar esencial para comprender el mensaje de Jesús y profundizar en él. Cada día son más los especialistas que opinan que Jesús hablaba arameo y sus palabras han sido tergiversadas para adaptarlas a las necesidades de una religión al servicio de roma. Las enseñanzas de los evangelios no son mensaje moral y difuso, sino un auténtico manual de vida interior. El autor las repasa y actualiza, alimentando la fuerza de su legado al mismo tiempo que nos devuelve la palabra perdida de Jesús.