Fruto de su rebelión contra la dialéctica hegeliana y de una doloro- sa experiencia autobiográfica, su desgraciado amor por Regina Olsen, Temor y Temblor es probablemente la obra más significativa de Sóren A. Kierkegaard. Años después de publicarse, el filósofo danés anotaba en su Diario: Cuando yo haya muerto bastará mi libro Temor y Temblor para convertirme en un escritor inmortal. Se leerá, se traducirá a otras lenguas, y el espantoso pat/ros que contiene esta obra hará temblar. Pero en la época que fue escrita, cuando su autor se escondía tras la apa- riencia de unfláneur, presentándose como la más perfecta encarnación de la conjunción entre extravagancia, sutileza y frivolidad.., nadie podía sos- pechar la seriedad que encerraba ese libro Qué estúpidos! Pues nunca como entonces hubo mayor seriedad en aquella obra: precisamente las apariencias cpnstituían la auténtica expresión del horror. Si quien lo había escrito hubiese dado muestras de comportamiento serio, el horror habría dis- minuido de grado. Lo espantoso de ese horror reside en el desdoblamiento. Pero una vez muerto, se me convertirá en una figura irreal, una figura som- bría... y el libro resultará pavoroso. Con el tiempo esta predicción de Kierkegaard se volvió realidad, pues esta obra, publicada por primera vez en 1843, se ha reeditado infinidad de veces y en varios idiomas. Logro, sin duda, alcanzado por el tema, el estilo y la realidad de su escrito, aunado a que pocos libros expresan, como éste, la problemática profunda de la fe y su autonomía frente a otras formas de espiritualidad. En esta obra, el autor nos plantea dos problemas: ¿es posible la suspen- sión de la ética? y ¿es posible que lo que ha sido y a lo que se ha renuncia- do, vuelva a ser? y partiendo de ahí surge la pregunta ¿es posible actuar más allá de la ética?