Es una ley inevitable que lo negativo que le hacemos a los demas, nos lo hacemos a nosotros mismos. El dano espiritual solo puede corregirse cuando reconocemos y revivimos las heridas que hemos provocado a otros y a nosotros mismos en el pasado. Ese reconocimiento nos permite descubrir y enfrentar cara a cara al enemigo: esa actitud negativa basica hacia la vida, que se encuentra en algun rincon oscuro del alma de todos nosotros, y que expresa que no tiene ningun deseo de dar, amar, contribuir, recibir, esforzarse, vivir bien, dar frutos. Al reconocer nuestros actos negativos, eso nos permite cambiar las conductas o repetirlas. Este libro invita entonces a iniciar el camino del autoconocimiento, tanto de las actitudes negativas como de las positivas. Asi lograra el encuentro con el ser maravilloso y perfecto que vive dentro de uno para llegar a la maxima satisfaccion, a la plenitud.