La civilización tecnológica nos trajo infinidad de d beneficios, conocimientos y comodidades. Nos permitió construir una visión del mundo cuyos límites se expandían formidablemente, sin que pareciera tener fin, hasta develar una de las más incuestionables verdades con las que el ser humano, se ve obligado a convivir: la destrucción del planeta en que vive.
Ante esta realidad, el papel de la educación es el de re direccionar la perspectiva de la sociedad y estimularla para replantear sus valores y entender la importancia de la ética y del sentido de la ciudadanía planetaria. En otras palabras, la educación del futuro debe ayudar a la sociedad humana a percibir los contornos de la civilización que se está formando: una civilización ecológica, donde la ciencia incorpora el modelo de desarrollo que se construye en conjunto con la naturaleza y no contra ella.