Con frecuencia, los padres describen el desarrollo temprano de sus niños según un proceso de dos fases. En la primera, cuando el bebé comienza a mantener un contacto cara a cara, los padres manifiestan estar en presencia de un ser humano real. La segunda fase se alcanza cuando los padres descubren que se hallan ante un ser humano real que se comunica. Este estudio del eminente psicólogo Jerom Bruner se concentra precisamente en esta segunda fase: cuándo y cómo el niño adquiere el lenguaje, y qué puede facilitar este aprendizaje.