A comienzos de 1939 Frida Kahlo viajó a París, invitada por André Breton, para exponer su obra. Este viaje, de gran importancia en la trayectoria vital y artística de la pintora mexicana, apenas se había estudiado antes.
Las vanguardias, la pugna entre trotskismo y estalinismo, la última etapa de la guerra civil española y el inminente estallido de la Segunda Guerra Mundial convivieron con los desvelos personales, los miedos y los momentos de disfrute de la artista en la capital francesa.
Jaime Moreno Villarreal reconstruye las vivencias de Frida, y analiza el impacto de éstas en su obra, a partir de manuscritos y testimonios de la pintora y de quienes con ella se relacionaron. De sus disputas con Breton a la acogida de Marcel Duchamp y Mary Reynolds, pasando por los amoríos que dejó en Nueva York y los que halló en París y sus reflexiones en torno a la escena política y artística, Frida regresó a una América que confirmaría su ruptura con Diego Rivera, Nickolas Muray, Trotski y los surrealistas.