LA COLECCION DE LAS VIRTUDES 2

La comprensión es el don de comprender lo más noble, universal, importante y necesario entre tantas cosas que nos rodean y nos ocurren. En ese sentido, la comprensión es al lado del conocimiento, uno de los pasos en el camino hacia la sabiduría.

El romano Cicerón decía que una persona verdaderamente dedicada podía, muchas veces, superar a una persona que siendo inteligente, hábil o talentosa, se dedicara poco a sus proyectos. Que bello regalo sería impulsar la dedicación en un mundo competitivo como el de hoy.

La fraternidad - del latín frater: hermano – es el anti individualismo; ¡es la anti irresponsabilidad! Es una medicina que podría aliviar mucho el sufrimiento que hoy vemos en el mundo, una vez que, al volvernos más fraternos, nos alejamos del odio y de la indiferencia y nos acercamos a tener lazos más fuertes con el resto de las personas.

Cuando me siento agradecido, me pongo feliz con lo sucedido y, en consecuencia, con aquellos, o aquello, que hizo posible que eso ocurriera. En un mundo donde se busca el placer inmediato, las personas se cansan fácilmente de aquellas cosas que hasta hace poco, les daban placer. Por eso, es fundamental enseñarles a los niños esa virtud que nos ayuda a prolongar ese sentimiento gustoso de las cosas.

La lealtad es hija de la fidelidad, como la honra es hermana del coraje. La lealtad es recordar para qué existe una cosa (fidelidad). Me hace avergonzarme cuando hago algo en contra de algún valor en el que cero (honra). Como siempre, el ejemplo es el mejor profesor. Mucho más importante que fija la lealtad es demostrarla. ¡Al actuar con lealtad, demostramos que es posible e importante ser justo, fiel y honrado!

Una de las principales características del optimista es mirar el mundo con excitación. Enseñarles a los niños a hacer eso es muy importante, pues el optimismo nos lleva a superar nuestras limitaciones. Pero no se debe solamente hablar, es necesario enseñarles por medio de ejemplos.

Si errar es humano, perdonar también lo es. Solamente perdonando al otro lograremos una mejor convivencia. Enseñar eso a los niños es muy importante para la construcción de un mundo mejor para vivir.

Hay muchos peligros en el mundo y eso necesita ser enseñado a los niños. En ese sentido, la prudencia es necesaria. La prudencia y la responsabilidad caminan juntas, pues prudente es aquel que se preocupa por las consecuencias de sus actos.

La sensibilidad es una virtud muy importante para el conocimiento, pues es por medio de ella que sentimos el mundo. La sensibilidad también nos ayuda a conocer mejor al otro y a aceptar las diferencias.

La serenidad es considerada una virtud de contemplación. Sin embargo, no nos pide que nos quedemos inmóviles, por el contrario, éste nos lleva a observar críticamente al mundo y propone acciones para mejorarlo.