La historia trata del desdoblamiento del doctor Jekill, hombre recto, exitoso y respetado, en el señor Hyde, un ser monstruoso no tanto en su físico –aunque quizás un poco simiesco– pero que en su actuar refleja los lados negativos del ser humano como sádico, asesino, despiadado, etcétera; y digo etcétera en todo el sentido de la palabra negativa. Esto se logra mientras el doctor trabaja en su laboratorio para encontrar una pócima que separe las dos caras de la moneda que hay en el hombre: al bien del mal. En su primer intento logra separar la esencia de la maldad al convertirse él en el señor Hyde, sin embargo al volver a su estado normal siempre será el ser dual, es decir el doctor Jekill, fracasando al no convertirse en la esencia del bien, teniendo que convivir con esta relación horroriza cada vez que intenta buscar la superioridad de todas las formas. Al final se encuentra una carta, una notable carta, que describe magistralmente la personalidad dual del hombre, aquella constante lucha del yo interno, entre el Bien y el Mal.