Aquellos a quienes elegimos como hijos configuran nuestra alma. Yo elegí tener a mi hijo José y él me ha enseñado a mirar la vida y a mí misma a través de sus ojos.
Este libro recoge esa mirada y todas esas cosas que me hubiera gustado que alguien me contara, primero, sobre lo que significa ser madre y luego, sobre ser madre adoptiva. Cosas que casi nunca se dicen y yo eché de menos.
Nadie me dijo que llevaba tiempo saberse madre, llevaba tiempo, horas, minutos, tardes de parque, lavadoras, purés y peluches llegar a saberse madre.
Ni que ese tiempo adquiría otra dimensión, que entras en un tiempo que no es el tuyo, porque el tuyo murió y el nuestro aún no ha llegado. Ni que habría momentos en que deseabas parar el tiempo, y otros que pasara tan deprisa que no pudieras ni vivirlo