Por si fuera poco, la mayoría de los padres manipulan a los hijos para vengarse y descargar el resentimiento que produce la decepción de las expectativas rotas. Las constantes peleas entre el padre y la madre aun estando divorciados es una amenaza contra la estabilidad emocional de los hijos.
Mientras los sentimientos provocados por la separación o el divorcio (la culpa, coraje, tristeza, etc.,) sigan presentes en sus vidas, seguirán enganchados a su ex pareja. Sería ideal que los padres mantuvieran relaciones sanas, con responsabilidad y el compromiso adquirido con los hijos hasta que se tenga la edad para comprender el problema e independizarse. Deseo que este libro sea una guía para manejar de manera apropiada los problemas que genera la ruptura en la familia por el divorcio de los padres.