Ha habido una profunda transformación que ha sufrido el sector eléctrico en estos últimos diez años, los microprocesadores han multiplicado su potencia de cálculo por un factor aproximado a 1000. Este salto tecnológico ha permitido incorporar nuevas funciones a los instrumentos de medida y control de la red eléctrica, a los contadores de energía y a los equipos de mejora de la eficiencia energética.