En las últimas décadas se ha desarrollado un auge de las casas de reducidas dimensiones que responden al descenso de las familias numerosas, la densidad de las ciudades, las modernas exigencias de los ciudadanos y el encarecimiento del metro cuadrado. Además, estas pequeñas viviendas constituyen una alternativa óptima para profesionales atareados, matrimonios sin hijos y adultos que deseen vivir solos o en pareja.