La historia nos ayuda a comprender el presente y prever el futuro. La historia clásica comprende un cúmulo de maravillas que han sido descartadas por absurdos criterios. Su registro milenario ha transcurrido entre una lucha de corrientes ideológicas, desastres naturales y múltiples factores que le ha perseguido, mutilado y falseado. Para algunos, el único medio para preservar su memoria ha sido transmitirla en secreto, pero dejándola a la vista. En esta obra el autor nos muestra un auténtico mensaje secreto, tan antiguo como los Manuscritos del mar Muerto; así, mediante espejos ilusorios y una gran lupa, de manera inusitada se van construyendo apasionantes verdades en el Manuscrito Rabay, (M.R.) que el autor analiza y contextualiza, permitiéndonos ver la realidad que se encuentra tras lo mitos o leyendas. Nos hace entender la eterna preocupación por el tiempo de las antiguas culturas, que va más allá de la inquietud de un buen ciclo agrícola y tiene como fin la permanencia de la humanidad. Revela la importancia de diversas construcciones que aún hoy nos maravillan y certifica una relación entre culturas que hasta hoy -de manera absurda- se han considerado distantes. La mitad de una verdad subraya la necesidad de dudar de la historia escrita por los vencedores, y nos hace atender la de los vencidos, quienes negándose a aceptar que esa mitad de una misma verdad se pierda, instrumentaron de manera extraordinaria su transmisión. Y tras la eterna búsqueda de los secretos y verdades, nos cuestiona: ¿para qué nos sirve conocer la verdad, si no sabemos qué hacer con ella? El autor plantea inquietantes preguntas y nos ofrece sus respuestas en una época plagada de profecías apocalípticas, nos revela su fundamento y su tiempo y nos convida a usar la historia a nuestro favor, para que -como lo indica- la verdad vuelva a tener sentido. Este libro no es una novela o historia ficción, es historia verdadera que, a veces parece adivinarse y aún es nuestra. Y ahora en pleno siglo XXI nos compete y nos alcanza.