Porfirio Díaz gobernó México entre 1876 y 1911. A un siglo de su muerte, su figura, su actuación y el periodo en que ocupó la presidencia siguen resultando polémicos. Al igual que otras etapas de la historia, el Porfiriato debe ser estudiado tomando en cuenta su complejidad y pluralidad. Se heredaron leyes, instituciones, prácticas, ideas y valores que subsistieron a lo largo del tiempo y que convivieron con elementos nuevos o modernos, pues en estos años se presentaron múltiples cambios. Porfirio Díaz gobernó de forma crecientemente autoritaria y centralista, sin dejar fuera la negociación y la conciliación. Se logró la estabilidad, no sin la existencia de oposición política y protestas sociales. La economía se modernizó y se ampliaron las redes de comercio, aunque se trató de un desarrollo marcadamente desigual. Si bien los mexicanos eran considerados como iguales ante la ley y con la educación se buscó la uniformidad cultural, en la práctica se seguían marcando diferencias entre cuerpos y grupos, y la sociedad y la cultura eran sumamente heterogéneas. Este nuevo tomo de la serie Adaptación gráfica de la Nueva historia mínima de México, basado en el texto de Elisa Speckman Guerra e ilustrado por Richard Zela, busca dar cuenta de este amplio panorama y ayudar al lector a repensar un importante periodo de la historia.