Muchas abuelas son soñadoras, escriben poemas, incluso usan sombreros verdes de plumas
pero pocas se atreven a participar en concursos de poesía, implantar la semilla de la literatura en sus nietos y realizarse a través de ellos, haciéndolos crecer y tejer un hilo de continuidad entre las vidas de ambos mediante la escritura. Petunia es la abuela de Vicente, y de loca en realidad tiene muy poco; al contrario, sus extravagancias se ven matizadas por sus genuinos intereses, de modo que no es difícil identificar a nuestras propias abuelas con la que este libro retrata.