Las leyendas e historias sobre vampiros son ancestrales y se encuentran en culturas de todo el mundo. Aunque difieran en forma o aspecto, todos los vampiros tienen algo en comun: necesitan la sangre humana para existir. El romanticismo del vampiro, como el del heroe gotico, estriba en su completa soledad. Suya es la tragica belleza del angel caido, con un poder inimaginable, pero su nefasta debilidad le hace vulnerable. En los retratos modernos, es un heroe incapaz de comprometerse totalmente con la heroina y debe mantener su verdadera naturaleza en secreto.