Las imágenes que han ido creándose a lo largo de los años demuestran que los seres humanos tienden a representar instintivamente lo que ve e imagina. Los esbozos facilitan la conversación de recuerdos visuales, fijan las emociones y los pensamientos, y ayudan a los arquitectos a dar forma inmediata a una impresión. Durante sus viajes por Grecia y Turquía, Le Corbusier llenó cuadernos enteros con interpretaciones de lo que iba viendo, a los que más tarde se refería con frecuencia.
El objetivo de este libro es mostrar la evolución de proyectos en el campo de la arquitectura tout court y en la arquitectura paisajista: desde los primeros pasos a la conclusión. Los soportes varían en función de su interés visual. Sin embargo, el aspecto más importante de este volumen es que admite que los arquitectos se sirven de los esbozos de diferentes modos y que dichos dibujos son a menudo demasiados complicados e imprecisos para explicarse por si solo.
