En 1637, Descartes formuló la proposición quizá más famosa de la historia de la filosofía: Pienso, luego existo . En esa afirmación, consagraba la separación abismal entre el cuerpo y la mente, lo que para el neurocientífico Antonio Damasio es, justamente, el error de Descartes .
En este libro de referencia para cualquiera que se interese por el apasionante mundo del cerebro, las emociones y el ser consciente, Damasio nos demuestra que el orden es precisamente el contrario: primero, existimos y, después, pensamos; esto es, existo, luego pienso. Por decirlo con sus propias palabras: El alma respira a través del cuerpo y el sufrimiento, ya empiece en la piel o en una imagen mental, tiene lugar en la carne .