El Tarot, además de la aplicación adivinatoria —por lo que más se le conoce—, puede ser de enorme utilidad como herramienta para el autoconocimiento, la comprensión de nuestra situación psicológica, la resolución de conflictos internos, y posteriormente, como un medio sagrado para el despertar de la conciencia. A través de mi experiencia personal, he constatado una y otra vez que las personas que llegan a una consulta del Tarot, lo hacen porque tienen algún problema con la importancia suficiente para quitarles el sueño y la tranquilidad, llegan con actitud de angustia, tristeza o preocupación. Durante la consulta, observo cómo va cambiando la expresión del rostro, se va suavizando y relajando. Las más de las veces, al terminar, salen reflejando tranquilidad y esperanza, y frecuentemente, sonriendo. Las cargas psicológicas, las sombras y los temores han desaparecido de su mente, a través del efecto de mirar las figuras y escuchar las palabras que explican el significado del tendido de las cartas. Toda esta experiencia con los consultantes me ha llevado a la comprensión de que si pretendemos realmente ayudar a las personas que acuden a una consulta, tenemos que reforzar su capacidad de dirigir conscientemente su propia vida, y proporcionarles un medio de crecimiento que les permita llegar a ser mejores personas, Enrique González Rubio y Montoya.