El señor y la señora Darling y sus tres hijos, Wendy, Juan y Miguel, vivían en una casa en Londres. La niñera que se ocupa de los pequeños, que casualmente era un perro, se llamaba Nana. Una noche mágica, Peter Pan llegó a la casa. La escogió porque en ella vivían personas que creían en él. Entre ellas estaba la señora Drling, que seguía siendo joven de espíritu, y Juan y Miguel, que sabían luchar como piratas y gritar como indios.