En los cuentos que dan vida a esta recopilación, a menudo las historias son vehiculadas por la mirada de un niño que se asoma al incomprensible mundo de los adultos. Los personajes que aparecen página tras página están marcados por la ausencia y la imperfección, y acechados por un insaciable deseo de plenitud. Alrededor de ellos, orbita el paisaje que, cual criatura viva, dibuja inquietantes atmósferas y acaba por determinar los acontecimientos.
En este libro conviven la fascinación y el respeto por lo desconocido, como en Monstrum Horti o Takú; el mar como fuente de vida y de muerte, refugio de criaturas misteriosas, en El mar empecinado y Nereidas; las palabras compartidas y las palabras secretas, las soledades y los encuentros en Epifitas y Los sueños ajenos; mientras que en Una marca redonda, como una moneda y Dédalo visitamos los territorios de la creación, para finalmente conocer, en Aliento de Bruma, a las criaturas del miedo.
En suma, una fascinante mirada sobre las etapas, sobre el principio y el fin, sobre el misterio de la vida misma. Una obra en la que perderse no es más que el inicio del camino.
