Hacia 1530, el emperador Carlos pide al obispo de México que le proporcione información sobre la vida y costumbres de los indios americanos; el obispo, Fray Juan de Zumárraga, envía al monarca un relato autobiográfico hecho por un indio de unos sesenta años, nubeoscura o mixtli, en el que narra su niñez, la mentalidad y costumbres de su pueblo, su formación y sus amores, siempre tormentosos y trágicos. Por fin, el emisario de Moctezuma entra en contacto con los españoles de Hernán Cortés, es bautizado y recibe el nombre de Juan damasceno, aunque sigue fiel a los usos de los aztecas. Esta es su trepidante y desgarrada historia, que simboliza el choque de dos civilizaciones, de dos maneras irreconciliables de entender el mundo.