Los niños soldados de Kabila acaban de entrar en Kinshasa, la capital de la república democrática del Congo. Mobutu, el presidente, ha huido, igual que todo el que puede. Salvo Lieve Joris. Han pasado once años desde la publicación de su aclamado regreso al Congo, cuando la escritora se interna de nuevo en el país. Navega en barcos a punto de naufragar, recorre pistas cubiertas de barro, habla con todos. Visita las provincias del norte, del este y el sur, y plasma un retrato que se acerca al horror con el que Joseph Conrad, un siglo antes, cerraba su relato el corazón de las tinieblas. El Congo se precipita a una vorágine de muerte y violencia, es un país desvalijado, sin dinero, presa del caos. Está por llegar lo peor. Y sin embargo, siempre, la vida intenta hacerse un hueco.