La apertura comercial de la economía nacional a finales del siglo pasado se dio con la perspectiva de integrarnos al proceso de globalización para exportar más y de manera diferente (productos manufactureros en lugar de primarios), así como para incrementar la inversión extranjera directa (IED), todo ellos con el fin de que la economía nacional creciera y logrará favorecer a los jóvenes que año con año llegan al mercado de trabajo. Como una perspectiva histórica, el presente trabajo compara y evalúa lo que ocurrió con la economía nacional y, de manera específica, con el estado de sonora a partir de la apertura comercial, ante lo cual surge la reflexión: ¿realmente se cumplieron las expectativas? El resultado preliminar si se quiere, pero muy contundente por las evidencias empíricas, va de claro a oscuro, donde lo escuro predomina. Realmente impresiona la velocidad de crecimiento de las exportaciones y los cambios en el patrón de comercio exterior tanto en México como de sonora, lo cual contrasta con el crecimiento tan exiguo de ambas economías. Inclusive, existe una explicación común para el dato curioso de que mientras la economía nacional tiende al déficit comercial externo la estatal al superávit. Asimismo, el crecimiento de la IED es saldo positivo en la estrategia, pero el lado oscuro se encuentra en los réditos nacionales que quedan en exiguos salarios, tributación escasa, desarticulación productiva y ganancias que influyen hacia el extranjero, que incluso, como fue el caso de la banca, ni siquiera nuevo empleo genero. En esta obra, además del punto de vista del autor, se presenta la evidencia de ambos casos haciendo comparaciones en todo momento y hasta donde las fuentes permitieron llegar, especialmente en la economía estatal, poniéndola en una perspectiva de largo plazo con el fin de ver el bosque y no el árbol. Ustedes, estimados lectores, tendrán la última palabra.
