Reciban todos la esfera consciente de luz para que envuelva su corazón y reciban constantemente la bendición de la poderosa presencia del Yo Soy. Nada puede interferir con la acción de esta bendición.
Se debe utilizar con profundo sentimiento la afirmación Yo Soy la presencia conquistadora ordenando la paz, el amor y la armonía, conscientes de que la fuerza motriz de toda actividad son el amor, la sabiduría y el poder que están contenidos en el amor divino que proviene de la única presencia: Yo Soy, Dios en acción.
La energía infinita está siempre esperando ser usada. Los estudiantes e iniciados en el camino de la luz podrán guiar y gobernar su vida a través de las invocaciones al poder del maestro Saint Germain y su orden, dirigiendo esa energía por medio de los decretos, las oraciones y afirmaciones para alejarse de las vibraciones discordantes.
Hay que alegrarse y bendecir constantemente a esa gloriosa presencia interna. Cualquier revelación que se haga presente mantendrá la puerta abierta, la conciencia elevada, y así se logrará todo lo que se desee.