No es mi intención escribir un tratado de apicultura ni de cría de abejas. Tampoco se trata de una monografía científica ni de un conjunto de observaciones o de estudios nuevos. Deseando que mi trabajo no resulte pesado, reservo para obra más técnica cierto número de experimentos y observaciones que he hecho durante mis veinte años de apicultor, y cuyo interés es en demasía, limitado y esencial. Quien haya leído este libro conocerá todo cuanto se sabe de seguro, de curioso, de profundo y de íntimo acerca de sus habitantes. Para seguir la historia anual de la colmena, tomaremos una que despierta a la primavera y reanuda su trabajo. Y veremos desarrollarse en su orden natural los grandes episodios de la vida de la abeja, a saber: la formación y la partida del enjambre, la fundación de la nueva ciudad, el nacimiento, los combates y el vuelo nupcial de las jóvenes reinas, la matanza de los machos, el retorno del sueño invernal. Cada uno de estos episodios traerá consigo todas las aclaraciones necesarias sobre las leyes, las particularidades, las costumbres, los acontecimientos que lo provocan o lo acompañan, de manera que al cabo del año apícola, cuya actividad sólo se extiende de abril al fin de septiembre, nos habremos encontrado con todos los misterios de la casa de la miel.