El cambio de percepción con respeto a quién es el niño tiene relativamente poco tiempo. Antes se le veía como alguien vacío, a quien había que llenar de información, ideas, modales, etc., para prepararlo para la vida adulta. Lo cierto es que los niños son seres capaces e inteligentes desde que nacen y todos somos testigos de cómo cuentan con habilidades, que bien estimuladas, dan lugar a respuestas y destrezas sorprendentes. Lo que nos llevó a hacer cambios en la manera de educarlos; sabemos lo que no queremos repetir de la educación a la antiguita, pero no tenemos un planteamiento de modelos claro para hacerlo de una forma diferente que funcione en la actualidad, pues nos hemos guiado con la ilusión de que si el niño es capaz de entender, obedecerá sí le explicamos lo que estamos pidiendo. Pero no lo hemos logrado, la experiencia nos muestra que a los niños les cuesta mucho trabajo obedecer, se muestran demandantes y necesitan explicaciones constantemente, haciendo de la vida cotidiana una batalla difícil de sobrellevar. ¿Qué estamos haciendo mal los padres?