Quedarse solo o sentirse a solas es el inicio de la ansiedad y la depresión. Muchas veces aun estando acompañado es posible sentir soledad. Es un sentimiento básico que proviene de la misma condición de la vida, todos hemos llegado solos a este mundo y a solas lo vamos a dejar. La aceptación de esta condición natural de la vida humana causa mucho del sufrimiento psicológico en la vida de la mayoría de las personas. La falta de consciencia acerca de la realidad de la vida, hace que se acumule el sufrimiento. Tanto en la idea que se tiene de la soledad como en la forma de enfrentarla radica la salud mental de cualquier persona, si ésta se siente atrapada en vez de libre, estará enfrentando su realidad desde la perspectiva del dolor. Autocompadecerse y darse a la tristeza impide ver la oportunidad que existe en cualquier crisis. El dolor es inevitable, los errores, el rechazo y por supuesto el abandono duelen y hay que enfrentarlos con valentía. Pero vivir instalado en el sufrimiento es una elección. El antídoto es una profunda convicción de que el dolor acaba, es finito. Cuando en lugar de enfocarnos en dolor nos concentramos en la estrategia, descubrimos los caminos para salir de la crisis. Es primordial que creas y sientas que puedes vencer tu situación y que saldrás adelante. Primordialmente es una cuestión de convicción personal, de fuerza en la decisión y de acción inteligente.
