¿En realidad Neil Armstrong pisó la Luna? ¿Cómo se explica que a falta de una atmósfera que entorpezca el paso de la luz no se viera ninguna estrella en las fotografías que se tomaron, cuando deberían aparecer con un brillo considerablemente mayor que en la Tierra, o que la bandera se moviese, si allá no existe atmósfera ni viento? ¿El hecho de que Hitler, Rudolph Hess o Himmler fueran ocultistas practicantes influyó en el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial? ¿Hasta qué punto la desmedida obsesión de Hitler por las ciencias ocultas y la magia negra, y su fascinación por la leyenda de la lanza del Destino, con la que, según San Juan, Gayo Casio atravesó el costado de Cristo, determinó el curso de la guerra? ¿Estuvo implicada la monarquía británica en los misteriosos asesinatos de Jack el Destripador? Se cree que fue el propio médico de la reina el autor material de esos crímenes. El ocultamiento se llevó a cabo para evitar un escándalo que salpicaría incluso a la reina Victoria. Yo conozco un montón de secretos de los Kennedy. Secretos peligrosos. ¿Asesinato o suicidio? ¿Cómo es posible que Marilyn Monroe se suicidara ingiriendo ocho frascos de barbitúricos cuando la autopsia reveló que no habían rastros de ellos en su estómago? ¿De qué modo desaparecieron las muestras de órganos del laboratorio? ¿Qué hacía Robert Kennedy en casa de Marilyn la noche de su muerte? Estos son algunos de los interrogantes que sugiere 20 Grandes Conspiraciones de la Historia. ¿Son falsedades? ¿Son trampas urdidas desde el poder para cambiar la realidad? El autor, un tenaz rastreador de conspiraciones, escruta distintas versiones, atreviéndose a realizar preguntas con pensamiento crítico. No se trata de afirmar que las teorías aquí expuestas sean más verdaderas que las versiones que conocemos, pero sí se sostienen elementos que nos harán replantear algunos acontecimientos trascendentales e inquietantes. Tras leer este libro, nuestra percepción de la realidad no será la misma.
