José de San Martín fue uno de los más notables guerreros latinoamericanos, y el adalid de la independencia de las actuales repúblicas de Argentina, Chile y Perú. Nacido en 1778, en la actual provincia argentina de Corrientes, en 1784 se trasladó a España, inició su carrera militar en el regimiento de Murcia y tuvo notable actuación en la guerra contra Napoleón. En Cádiz conoció a otros americanos que soñaban con la independencia de sus respectivas patrias y se agrupaban en logias.
En 1812 regresó al Río de la Plata y se puso al servicio de la Junta de Gobierno recientemente formada. Creó el célebre Regimiento de Granaderos a Caballo, que tuvo un notable bautismo de fuego al vencer a los realistas en San Lorenzo, en 1813. Tomó el mando del Ejército de Norte, pero convencido de que no se podría vencer a los realistas yendo al Perú por tierra, concibió la idea de cruzar la cordillera de los Andes, liberar primero a Chile del yugo español y luego, por barco, llegar a Lima. El proyecto parecía descabellado, pero San Martín logró, merced a ingentes esfuerzos, formar un ejército digno de tal empresa, vencer una de las cadenas montañosas más altas del globo y obtener, ya en territorio chileno, las portentosas victorias de Chacabuco y Maipú. Luego en efecto, liberó también al Perú, y se retiró dejando la gesta libertadora en manos de Simón Bolívar. Al regresar a su patria la encontró sumida en guerras intestinas, por lo que emigró a Francia, donde murió en agosto de 1850.
Esta es una breve semblanza de su genio militar, que además se vio adornado por virtudes como la grandeza de miras, el tesón y un desinterés poco habitual en su tiempo.
