Su autor, inicialmente interesado en la especulación filosófica general sobre los mecanismos del terror en el espectador, descubrió en el transcurso de su investigación todo un conjunto de escritos y documentación histórica, que podría denominarse como el corpus de la literatura antivampírica, procedente del hasta ahora oculto Círculo de la Estaca y el Tajo, una sociedad secreta no menos misteriosa que los propios señores de la noche; auténtica escuela de cazadores de lo maligno. El pánico que pudiera producir la verdad de la presencia vampírica, hasta ahora disfrazada de superficial acción colonizadora mediante inofensivos productos de ficción y consumo de masas, ha justificado su oculto proceder hasta nuestros días. Pero ante las dimensiones de la invasión selectiva y el proceder sibilino de los hijos de Lilith a la busca del dominio del mundo, y sus continuos éxitos, su preciosa labor no puede permanecer por más tiempo oculta.