Los textos de este libro forman parte del volumen uno de Memoria del fuego. Yo no escribí esta trilogía solamente para lectores adultos. Quise contar historias, la historia de las historia americana, al oído de quien tuviera ganas de escucharlas, a cualquier edad y en cualquier lugar.
Pero yo quiero confesar, y mi libro también, que nos da alegría ir al encuentro de los jóvenes más jóvenes, acompañados por las espléndidas imágenes que ilustran esta selección de los mitos indígenas.