Oscar Wilde fue juzgado por homosexualidad, y condenado a dos años de trabajos forzados en la lóbrega prisión de Readíng, Inglaterra. Este encierro peso no solo en su imagen social, que pasó de las alturas a los suelos, sino también en su estado anímico, ya que lo sumió en una profunda depresión de la que no volvería a salir. Durante su tiempo en prisión, Wilde escribió una larga carta, obra maestra de la literatura epistolar, dirigida a su amigo y supuesto amante, lord Alfred Douglas, cuyo padre había sido el artífice de su proceso y condena y responsable, ante la historia, de apagar la llama de uno de los más brillantes, irónicos y geniales escritores de todos los tiempos. Este libro reproduce la versión completa de esa carta, que pone al desnudo el alma de su autor.
