La grandeza de una ciudad se mide no sólo por las dimensiones de su territorio sino esencialmente por el tamaño de su historia, por sus edificios y monumentos artísticos, por los personajes que han pisado sus calles dejando huellas que se graban en la memoria de los escritores, de los poetas, de los cronistas que registran lo ocurrido en un presente que aún no es historia y que en el futuro inspirará nostalgia.
La que fuera la Ciudad de los Palacios, fue también el escenario de hechos que la voz popular convirtió en relatos alumbrados por antiguas farolas y por los caprichos de la imaginación.
Historia, tradiciones y leyendas de calles de México es un libro clásico, pues se nutre de piezas que forman parte de la memoria colectiva, pero que el arte de Valle-Arizpe ha convertido en textos cuya riqueza radica no sólo en un profundo conocimiento de la vida colonial sino también en su belleza expresiva.