La historia narra el viaje épico de un elefante asiático llamado Salomón que, en el siglo XVI, tuvo que recorrer Europa, desde Lisboa hasta Viena, por caprichos reales y absurdas estrategias. Un hecho real, ocurrido en la época de Maximiliano de Austria, que está en la Historia o, para ser más rigurosos, en la pequeña historia. Una novela coral llena de hombres y mujeres que entran y salen siguiendo los pasos del elefante y su cuidador y cruzándose para compartir perplejidades, esfuerzos o la armoniosa alegría de un techo. Leyéndola es posible comprender por qué su autor afirma que la literatura es una de las más ricas fuentes de las que puede beber el espíritu. Quizá no pueda hacer gran cosa por el cuerpo, pero el alma la necesita como la boca precisa al pan.