Melchor de Alfaro Santa Cruz, hijo de un conquistador español, nació en Chiapas durante la segunda mitad del siglo XVI. Explorador por ocasión adquirió conocimientos de las tierras bajas cruzadas por ríos y pantanos. Cuando Felipe II pidió a las autoridades coloniales levantar cartas geográficas que describieran los territorios bajo su gobierno, el joven Melchor Alfaro fue naturalmente elegido para cumplir en su región esas tareas. Este personaje fue elegido por Flora Salazar Ledesma para escribir una interesante novela histórica, El cartógrafo, donde se recrea la gestación de un mapa de rincones desconocidos para Europa: La Villa de Tabasco, distrito de la Gobernación de Yucatán. Salazar Ledesma, antropóloga social y escritora por vocación, se vale de sus conocimientos científicos y de su entusiasmo por el idioma para entregarnos una obra valiosa que enriquece el tesoro literario e histórico del sureste de México. Las descripciones geográficas, fluviales y climatológicas, junto con el desarrollo de los personajes, van edificando exuberante trama que se desarrolla en estas tierras tropicales de cultura ancestral. Es memorable la relación del criollo Melchor de Alfaro con un indio zoque, compañero de aventuras y entrañable amigo. Es para mí una satisfacción presentar a los lectores este libro.